José Antonio Meade presenta su declaración “tres de tres”

(declaraciones patrimonial, de intereses y fiscal) y además una opinión contable, una consulta a registros públicos de todos los estados, un informe del SAT y una certificación notarial. Se trata, dice, de su “siete de siete”. Era el único candidato presidencial que no había entregado los tres documentos al Instituto Mexicano para la Competitividad.