Los temas de migración, combate al crimen organizado y seguridad fronteriza,

derivaron el segundo debate entre candidatos presidenciales en un intenso cruce de acusaciones. Andrés Manuel López Obrador llamó a Ricardo Anaya “un demagogo, un canallita”. Y fue más allá: “es un corrupto, engañabobos”. A lo cual Anaya respondió: “Algo peor que los engaños es la hipocresía. Meade se fue a estudiar a Estados Unidos, pagado con dinero del gobierno, y Andrés Manuel tiene un hijo que se fue para España a estudiar. No que muy nacionalista. Los dos son unos hipócritas”, reviró aludiendo también a las críticas que Meade le lanzó por la residencia de sus hijos en Atlanta. Como  respuesta, José Antonio Meade afirmó que “se necesita ser muy cínico para ser presidente de la Cámara de Diputados, encargado de las reuniones interparlamentarias sin lograr un solo resultado para los migrantes para venir pontificando ahora. Se necesita ser muy cínico para sólo conocer de Atlanta, donde vivía su familia, sin visitar a los consulados mexicanos ni a los migrantes”.